Fort Ord is a former United States Army post on Monterey Bay on the Pacific Ocean coast in California. In its prime, Fort Ord was once one the most coveted military training grounds in the U.S.
Founded in 1917, Fort Ord was the first stop for many new recruits in many different wars such as WW2, Korea, and Vietnam.
The fort closed in 1994 due to Base Realignment and Closure (BRAC) action. Most of the fort's land now makes up the Fort Ord National Monument, managed by the United States Bureau of Land Management as part of the National Conservation Lands, while a small portion remains an active military installation under Army control designated as the Ord Military Community.
For nearly 80 years Fort Ord accommodated a small city of soldiers and housed an arsenal of munitions hidden in underground bunkers all over the property. Today, the training ground is a far cry from what it used to be.
The only sounds left at Fort Ord are the winds piling up the sand and the waves breaking them down.
Fort Ord is an abandoned place.
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Fort Ord is a former United States Army post on Monterey Bay on the Pacific Ocean coast in California. In its prime, Fort Ord was once one the most coveted military training grounds in the U.S.
Founded in 1917, Fort Ord was the first stop for many new recruits in many different wars such as WW2, Korea, and Vietnam.
The fort closed in 1994 due to Base Realignment and Closure (BRAC) action. Most of the fort's land now makes up the Fort Ord National Monument, managed by the United States Bureau of Land Management as part of the National Conservation Lands, while a small portion remains an active military installation under Army control designated as the Ord Military Community.
For nearly 80 years Fort Ord accommodated a small city of soldiers and housed an arsenal of munitions hidden in underground bunkers all over the property. Today, the training ground is a far cry from what it used to be.
The only sounds left at Fort Ord are the winds piling up the sand and the waves breaking them down.
Fort Ord is an abandoned place.
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Los lugares abandonados tienen una magia especial,
un no sé que atrae al más intrépido de los cazadores de fantasmas,
a los aventureros sin destino
y a quienes buscan encontrar historias del pasado escondidas entre los escombros del abandono.
Los lugares abandonados son escenarios desiertos y tragedias hechas ladrillos,
laberintos enredados de oscuros pasillos, escaleras sin fin y puertas a la nada.
Los lugares abandonados han perdido su color, y son obligados a existir en un entorno gris, sin brillo ni color
Descoloridos, olvidados, sólo les resta esperar su completa desaparición.
Los lugares abandonados son tan inquietantes como los son sorprendentes y entre ellos nacen las dudas, los miedos, y las pesadillas.
y el Fort Ord en la costa del Pacífico de la Bahía de Monterey en California no es la excepción.
¿Hola, como estas? hoy te invito a que me acompañes a realizar un recorrido a visitar este famoso fuerte del pacifico, el cual solía ser la base militar más hermosa de los Estados Unidos, pero hoy ha quedado abandonada a la intemperie.
Fort Ord se mantuvo como una base militar a lo largo de su fascinante historia en la costa del océano Pacífico en la bahía de Monterrey o Monterey Bay, localizada aproximadamente a 80 millas al sur de San Francisco y San José, entre Santa Cruz y Monterrey.
La Bahía de Monterey es un lugar hermoso y es el hogar de muchas especies de mamíferos marinos que viven ahí, incluidas las nutrias de mar, o sea otters, focas, y delfines; además es el lugar por donde pasan las ballenas grises en su ruta migratoria hacia el norte.
Y eso viaje migratorio de las ballenas es precisamente es lo da uno de los mayores atractivos de la bahía, las excursiones de avistamiento de ballenas en mar adentro, ósea whale watching tours. ya que se sabe que las frescas aguas del norte de California albergan las ballenas grises durante casi todo el año.
Los entusiastas de la vida silvestre que visitan Monterey no deben perderse esta gran oportunidad, imagínate salir en grupos de unas 30 ó 40 personas en pequeños barcos pesqueros con una guía naturalista para encontrar y observar diferentes especies de estas espectaculares criaturas marinas y aprender sobre su vida y hábitos naturales. Hay que llevar una buena chamarra, y no olvides los binoculares y tu cámara.
Otros habitantes de la bahía también son los elefantes marinos de los que te platique en el capítulo número 2 de este podcast. Unos animales que regresaron casi de la extinción total.
Las Orcas también se encuentran a lo largo de la costa, especialmente cuando las ballenas grises migran, ya que estas cazan a las ballenas durante su migración hacia el norte.
Muchas especies de pez, tiburones, moluscos como abulón y calamar, pájaros y tortugas marinas también viven en la bahía.
Otro aspecto importante del ecosistema del lugar, es el bosque de quelpo o kelp forest, que crecen en la bahía en tamaños enormes alejadas de las profundidades del océano y Se reconocen como uno de los ecosistemas más productivos y dinámicos en la Tierra.
Pero en la bahía no solo existían animales, también existió el pueblo nativo del área se conoce Ohlone, que es el nombre colectivo dado a las tribus de la bahía de San Francisco quienes vivieron aquí mucho antes de que los primeros europeos desembarcaran en las costas de Monterey. El clima templado de la costa central y la generosidad de la bahía hicieron de esta área una parte importante de la vida de estos pueblos.
Y tristemente, como lo dice la historia, la llegada de los españoles y las construcciones de las misiones A finales del siglo XVIII, contribuyo a su esclavización y su desaparición.
El primer europeo por descubrir la bahía de Monterey fue un explorador español llamado Juan Rodríguez Cabrillo el 16 de noviembre de 1542, mientras navegaba hacia el norte a lo largo de la costa en una expedición naval española. Rodríguez Cabrillo llamó a la bahía “Bahía de los Pinos”, probablemente por el bosque de pinos que fueron observados por primera vez en el extremo sur de la bahía.
Sesenta años después, en diciembre de 1602, el gobierno español había encargado que se completara un mapa detallado de la costa, y Sebastián Vizcaínoa se convirtió en el primer europeo en pisar las costas de la bahía a la que oficialmente llamó "Bahía de Monte Rey", en honor al virrey de la Nueva España Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, V Conde de Monterrey, quien fue gobernador de la nueva España.
Y es precisamente aquí, en Bahía de Monterrey, donde se construyó el Fuerte Ord, un fuerte militar de la armada de los Estados Unidos del que hablaremos hoy.
En 1917, el Ejército de los Estados Unidos comenzó a utilizar el área como campo de maniobras y entrenamiento militar para las tropas de infantería, de artillería y caballería estacionadas en el Presidio de Monterey.
A finales de la década de 1930, se construyeron edificios administrativos, cuarteles, comedores, tiendas de campaña y una planta de tratamiento de aguas negras. Esta instalación fue designada como Camp Ord en 1939 y no fue hasta después que se convirtió en Fort Ord en 1940.
Fort Ord se consideraba uno de los lugares más atractivos de cualquier puesto del Ejército, debido a su proximidad a la playa y al clima costero de California.
La base fue nombrada en honor al Mayor General del Ejército de la Unión Edward Otho Cresap Ord.
Durante 1952 y 1954, se construyeron 42 edificios nuevos que harían del fuerte una planta militar permanente. En su apogeo, o sea su heyday, la base albergaba a unos 50.000 soldados, algunos sirviendo en la Guerra de Corea y otros en la guerra de Vietnam.
Aunque el fuerte está bellamente situado cerca de la costa, la base militar tiene una oscura historia de destrucción ambiental.
en el sitio de sus terrenos de 100 kilómetros cuadrados habían tanques de almacenamiento subterráneos que filtraban petróleo a las aguas subterráneas, numerosos vertederos, o landfills, que contaminaban el entorno natural y una gran cantidad de minas sin explotar.
En 1990, el secretario de Defensa anunció que las fuerzas armadas iniciarían un proceso del gobierno federal de cerrar diferentes instalaciones militares a lo largo del país al final de la guerra fría, que fue la época de tensiones políticas entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.
En 1991, se anunció formalmente que Fort Ord era una de las bases designadas para cerrar y las tropas de la 7.ª División de Infantería se trasladarían a Fort Lewis, Washington.
En mayo 2 de 1992 los elementos militares de Fort Ord y los marinos de Marine Corps participaron en el control de los disturbios de 1992 en Los Ángeles, un violento y oscuro episodio de la historia de la ciudad de los Ángeles a consecuencia de la golpiza de Rodney King a manos de la policía.
Si te interesa este tema, no te pierdas el capítulo número 40, donde te doy los detalles de este acontecimiento histórico.
Finalmente, en 1994, el Fuerte Ord se cerró sus instalaciones para siempre, y la mayor parte del terreno fue regresado al gobierno estado de California para uso público.
El The Army's Fort Ord cleanup project, es un esfuerzo coordinado entre el gobierno, el ejército y la comunidad local para limpiar y rejuvenecer la propiedad envejecida y contaminada y está dividida en dos proyectos: el programa de limpieza de la contaminación de agua y tierra, y el programa relacionado a municiones y explosivos en la zona.
La mayor parte de la tierra de la base se convirtió en el Monumento Nacional Fort Ord, administrado por el Bureau of Land Management, con más de 80 millas de senderos públicos que serpentean a través de los bosques.
Más de 130 kilómetros de caminos públicos están disponibles hoy para los turistas que quieren disfrutar de la naturaleza junto a las criaturas del bosque
Gran parte se reservó como una reserva natural creado para la conservación de un insecto, federalmente listado en peligro, la mariposa azul de Smith, cuyo entorno ha sido destruido por el desarrollo urbano, el pisoteo del hábitat, y por plantas invasoras.
Otras especies en peligro de extinción que se encuentran en el área de Fort Ord, son las flores silvestres , las Contra Costa goldfields, endémicas al área de la Bahía de San Francisco y la salamandra tigre de california.
Otra parte se entregó a la Universidad Estatal de California de la Bahía de Monterey. Y aún otra sección fue reservada para el desarrollo comercial y residencial de los poblados de los alrededores.
Hoy, el Fort Ord Dunes state park es un parque Estatal a lo largo de 4 millas (6,4 km) de la costa en Bahía de Monterrey. Dado que las dunas son zona donde diferentes especies sensibles de aves hacen sus nidos, el acceso público se limita a los caminos y senderos.
En la zona que se ha designado como accesible al público, muy pronto se desarrollara como un nuevo campamento que consistirá en unos 45 sitios para vehículos recreativos (RV) con conexiones para electricidad y agua. Una segunda sección será para acampar en familia con 40 sitios para tiendas de campaña y la tercera unidad será para peatones y ciclistas.
Pero a pesar del desarrollo urbano de la zona, gran parte de la antigua infraestructura y los edificios militares siguen en pie, abandonados, un retrato congelado en el pasado, un desierto y una tragedia hechas ladrillos.
Los lugares abandonados tienen una magia especial, un no sé qué, que atrae al más intrépido de los cazadores de fantasmas, y ese cazador soy yo, buscando encontrar historias del pasado escondidas entre los escombros del abandono.
A unas 212 millas al norte de Bakersfield, viajando por la ruta 1 hasta la bahía de Monterrey, he visitado este lugar abandonado.
Fort Ord es una ruina destruida con el paso del tiempo, pero aproximadamente el 20% de las estructuras militares originales permanecen, La mayoría de los edificios están cercados junto con las áreas de estacionamiento, pero uno aún se puede meter para explorar y tomar fotografía y video.
Al entrar pude sentir esa magia especial, un no sé qué, que llega hasta lo más profundo de tu ser. Pude descubrir entre la ruina de estos edificios, lo que algún día fue, con pintura de plomo en las paredes y murales de grafiti por doquier. aun se puede apreciar su grandeza y quizás hasta sentir la presencia de quienes ahí estuvieron.
la naturaleza se arrastra lentamente por las calles que una vez escucharon los pasos rítmicos de los militares desaparecidos hace mucho tiempo.
Realmente es imposible pensar que este lugar permanezca en su estado actual de deterioro por mucho más tiempo, y quizás algún día será eliminado y destruido por completo.
Cuando llegas a uno de estos escenarios, siempre te dejas llevar por la primera sensación que percibes e imaginas las situaciones de quienes algún día habitaron ahí.
¿Cómo sería el joven soldado que lo dejo todo en casa para entrenarse para la guerra? ¿Quién dejó esta chaqueta militar colgada en la ventana, en una calurosa jornada? ¿Quiénes se sentarían en estas tres sillas destartaladas en el comedor del cuartel? ¿Quiénes se acostaron en estas camas oxidadas a descansar después de una larga marcha?
No lo sé hoy, y no lo sabre nunca, sus nombres se han borrado pero su presencia sigue plasmada entre las ruinas de este lugar abandonado.
* * * * *
Caminando por los laberintos enredados de oscuros pasillos,
escaleras sin fin y puertas a la nada tratando de encontrar las historias del pasado escondidas entre los escombros del abandono.
Espacios, que en otro momento fueron llenos de vida,
ahora naturalezas muertas,
en las que entra el sol por los cristales rotos de sus ventanas
que lo envuelve todo en el olvido.
Este lugar abandonado lo ha perdido todo: su color, sus sonidos y su uso
Descolorido, olvidado, sólo le resta esperar su completa desaparición.
la naturaleza se arrastra lentamente por las ruinas devorándolo todo
cubriéndolo todo y borrando su huella original.
Malezas asomándose a través de las tablas del piso agrietadas.
El deterioro no respeta a ninguna institución,
ni siquiera a los templos, capillas o iglesias.
No hay fuerza universal que detenga el avance del tiempo que lo devora todo envolviéndolo en una caja de silencio.