Intermediate Spanish Stories

E62 Tláloc: El Señor de las Tormentas

February 24, 2024 InterSpanish Season 4 Episode 62
Intermediate Spanish Stories
E62 Tláloc: El Señor de las Tormentas
Show Notes Transcript

During February 2024, the latest storm brought 1.99 inches of rain to Southern California so far, bringing this month’s total rainfall to 12.56 inches.
 
The latest storm dropped 1.99 inches of rain in downtown Los Angeles and it makes it the fourth wettest February in downtown Los Angeles since 1877 when records first were reported. The monster storm triggered hundreds of mudslides across Los Angeles.

Why do they happen?

Our story takes 500 years to the past back to the Aztec Empire, who believed in a complex and diversified pantheon of gods and goddesses.

Tlaloc, the god of rain, water, and earthly fertility, is one of the most ancient deities in all Mesoamerica.  The Aztecs believed that if sacrifices were not supplied for Tlaloc, rain would not come, their crops would not flourish, and so, human sacrifices were performed...child sacrifices.

Visual accounts of Aztec sacrificial practice are principally found in codices and some Aztec statuary. Many visual renderings were created for Spanish patrons and thus may reflect European preoccupations and prejudices.

Archaeologists have found the remains of at least 42 children sacrificed to Tlaloc at the Great Pyramid of Tenochtitlan.  Tlaloc required the tears of the young as part of the sacrifice. The priests made the children cry on their way to immolation: a good omen that Tlaloc would wet the earth in the rainy season.

The Tlaloc Monolith is among the most photographed public artworks in Mexico City. Standing on the grounds of the National Anthropology Museum it represents an ancient deity of rain and water. The monument was buried from at least the 16th century in San Miguel Coatlinchán, east of Mexico City in Mexico State, and found in the mid-19th century. 

In 1964 the statue was moved to Mexico City. The move of the Tlaloc Monolith was accompanied by a tremendous downpour that flooded much of the city center. It’s never been forgotten.

Was the wrath of the rain and water God awaken?

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Desde la profundidad de la noche

Un sonoro rugido de los cielos brota

que se siente resonar hasta en el alma misma

 

Como un Poseidón enfurecido entre las aguas

el cielo desata su violenta furia.

un estruendoso trueno que lo ensordece todo,

los árboles se mecen como barcos en altamar

 

Con su ira desenfrenada y su mano implacable

Este gran coloso enfurecido es el señor de las tormentas

 

 

Durante las primeras semanas del mes de febrero de 2024, un sistema devastador de tormentas invernales azoto en el estado de California.

El intenso clima dejó un rastro de destrucción a su paso por el estado, con vientos violentos y lluvias torrenciales que provocaron la caída de árboles, inundaciones en las calles y destructivos deslizamientos de tierra de tierra en toda la región y muerte.

El mes de febrero comienza como cualquier otro, siempre con la promesa de continuar con el clima invernal típico de la época, pero eso no sucedería. Lo que sucedería serian condiciones climáticas extremas, fuertes vientos y tormentas invernales en partes de California y el suroeste de Arizona, donde viven unos 35 millones de personas.

Una tormenta mortal en el Pacífico, el segundo sistema meteorológico conocido como “Pineapple Express" que arrasa la costa oeste en menos de una semana, arrojó fuertes lluvias torrenciales sobre el estado, provocando inundaciones, torrentes y deslaves de tierra que afectaron a muchos y les costó la vida a otros. 

El poderoso río atmosférico que trajo cantidades récord de lluvia a California en los últimos días comenzaron a disminuir, pero los meteorólogos dijeron que el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra persistía.

La tormenta de lento avance se asentó sobre el sur de California el lunes, arrojando una cantidad histórica de lluvia en partes de Los Ángeles. la segunda ciudad más grande del país, 

El National Weather Service, indico que los totales de lluvia publicados el miércoles 21 muestran que febrero es uno de los meses más húmedos jamás registrados, con casi 13 pulgadas de lluvia en el centro de Los Ángeles, reportadas hasta ahora,

Estamos hablando de una “tormenta histórica” con “lluvias sin precedentes” que midió casi un pie de lluvia durante un período de 24 horas en el campus de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

¿Pero qué es lo que provoca estas tormentas enfurecidas? es una respuesta compleja que tiene que ver con la cantidad de agua que la atmósfera puede contener que aumenta la temperatura del aire. Pero hay otra respuesta. 

Una respuesta que nos llevara a unos 500 hacia atrás, al centro de una de las civilizaciones más grandes jamás registradas en la historia de la humanidad: El imperio mexica, llamado también Imperio azteca, que existió en área central de Mesoamérica hasta la Conquista española en 1519.

 Los mexicas eran una tribu náhuatl, dotada de una identidad propia, con sus creencias y divinidades, que edificaron uno de los imperios más importantes de la América precolombina, desde que llegaron a Tenochtitlán, lo que es la ciudad de México el día de hoy. 

La existencia de los aztecas estaba indiscutiblemente ligada a sus divinidades, entre las que sobresalían Huitzilopochtli (dios de la guerra), Quetzalcóatl (la serpiente emplumada),) Coatlicue (diosa tierra, madre de Huitzilopochtli) y Tlaloc (dios de la lluvia)

 Y es este último quien provoca las lluvias torrenciales: Tláloc, el dios azteca de las lluvias y tormentas conocido por su capacidad de dominar el agua, que era considerado el licor de la tierra que ayudaba al crecimiento de los cultivos de maíz. La mitología de Tláloc es rica y compleja, y su historia ha sido transmitida a través de los siglos a través de la tradición oral y la iconografía. Tlaloc es una de las deidades más antiguas y veneradas de toda Mesoamérica  y es reconocido en muchas culturas distintas.

Para los aztecas este dios era muy importante, era el rey de los fenómenos atmosféricos y responsable por la fertilidad de la tierra.  También se le atribuía la creación de los ríos, lagos y manantiales, o natural springs. 

Este dios estaba estrechamente ligado a la agricultura y la fertilidad de la tierra, por lo que era adorado por los pueblos prehispánicos como una deidad protectora de las cosechas y la supervivencia.

Tlaloc se distinguía por su dualidad, o sea que tenía dos caracteres: por un lado, poseía influencia sobre las fuerzas benéficas, es decir, las fuerzas buenas de la naturaleza que hacían posibles las lluvias y el crecimiento de la vegetación y se le agradecía con ceremonias rituales Los rituales incluían ofrendas de alimentos, bebidas y adornos. También se realizaban danzas y cantos en honor a Tláloc, 

 Por el otro, también puede tener una faceta destructiva que ocasionaban las catástrofes naturales como las tormentas, granizadas, o hailstorms e inundaciones como las que están pasando hoy día. También Tlaloc causa los relámpagos, lightning bolts, las tempestades del agua, storms y los peligros de los ríos y del mar.

Cuando las épocas de sequía, o drought, se apoderaba de los campos, se pensaba que era porque Tlaloc estaba ofendido por algún motivo y, como castigo al pueblo, se negaba a brindarles las tan necesitadas lluvias necesarias para la prosperidad de su agricultura. El pueblo desesperado invocaba a Tlaloc para rogarle por su intervención y para salvar los cultivos secos. 

 Y para aplacar sus fuerzas destructoras, y su descontento, se les hacían sacrificios de niños de distintas edades, desde infantes hasta niños de ocho años. 

 El propósito de los sacrificios humanos, particularmente de niños pequeños que tuvieran el llanto abundante, eran una parte integral de la adoración a Tláloc, el dios de la lluvia

Se creía que estos rituales eran necesarios para mantener el equilibrio en el mundo natural y asegurar el flujo constante de lluvias. se consideraba un honor ser un regalo para los dioses.

Los sacrificios se realizaban durante los meses de enero y febrero, que eran normalmente la época de sequía, y continuaban hasta que empezara a llover abundantemente.

 Por lo general, la inmolación, o sacrificio de los niños se efectuaba en varios lugares acuáticos como lagunas, ríos, y manantiales o natural springs, donde se creía que se formaban las nubes.

 De acuerdo con las fuentes, existían varias formas de sacrificarlos, se habla de extracción del corazón, de ahogamiento, degollamiento, o beheading, y también se llevaba a los pequeños a cuevas, o caves, y se le abandonaba ahí, dejando que el niño muera de inanición o starvation. 

Otro dato interesante es que se pensaba que cuando llevaban los niños a matar, si lloraban y echaban muchas lágrimas, eran muy buena señal, porque estas lagrimas pronosticaban que habían de tener muchas aguas ese año. 

Asimismo, a estos niños que iban a ser sacrificados, se les referían como los Tlaloques, ayudantes de Tlaloc y son las nubes que anuncian la lluvia.

Los Tlaloques estaban encargados de repartir la lluvia por la tierra en vasijas o vessels y para que lloviera, se decía que los Tlaloques tenían que romper su vasija, así que el trueno o thunder, era el sonido cuando las vasija se rompían, provocando así las tormentas que siguen después de los truenos.

Hasta fechas recientes, solo se tenía información escrita en representaciones de los códices y no había forma concreta de probar arqueológicamente que estos sacrificios realmente hayan ocurrido, debido a la relativa escasez de evidencias. 

 Algunos investigadores dicen que los españoles distorsionaron o exageraron los relatos de los sacrificios humanos de los aztecas para justificar su propia brutal conquista; otros defienden los relatos antiguos, pero los arqueólogos ahora dicen que México necesita evidencia física contundente para decidir la verdad

 El Templo Mayor, ubicado en lo que fue la antigua ciudad de Tenochtitlán, capital del imperio azteca, ha sido durante mucho tiempo un foco de interés para los arqueólogos debido a su importancia religiosa y cultural.

 Y es ahí Templo Mayor en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde Un equipo de arqueólogos ha anunciado un descubrimiento que proporciona nueva información sobre las antiguas prácticas de sacrificio humano en honor a Tláloc.

Los arqueólogos han encontrado los restos de al menos 42 niños sacrificados a Tláloc y un conjunto de objetos que están asociados simbólicamente con el agua como arena marina, jarras de piedra con la efigie del dios Tláloc, o jar with the effigy of Tlaloc, conchas, shells, y caracoles, o snails. 

Muchos de los niños sufrieron heridas graves antes de morir, debieron haber sentido un dolor importante ya que Tlaloc requirió las lágrimas de los jóvenes como parte del sacrificio. Los sacerdotes hicieron llorar a los niños durante su camino a la inmolación: buen augurio de que Tlaloc mojaría la tierra en la temporada de lluvias.

Las características de la ofrenda han llevado a la conclusión de que se trata de un sacrificio de niños en honor de los Tlaloques.

El descubrimiento de estos restos en el Templo Mayor proporciona una nueva ventana a las prácticas religiosas y culturales de la antigua civilización mesoamericana, y destaca la importancia de Tláloc en la cultura azteca.

Es importante recordar que los sacrificios de los niños deben de entenderse en el contexto de las creencias aztecas, y no basadas en el contexto moderno. Dicen que esta acción de sacrificio (humano) era una actividad que da vida, señalando que pensaban que las muertes traerían lluvia, ayudarían a los cultivos y darían vida a la comunidad.

El Sacrificio humano era común en muchas partes de Mesoamérica, por lo que el rito no era nada nuevo para los aztecas.ni era algo exclusivo de México precolombino. Otras culturas mesoamericanas, como los Purépechas, los Toltecas, e incluso los mayas También realizaban sacrificios humanos para sus deidades.

 A pesar de la conquista española y la imposición del cristianismo en México, y la desaparición de la civilización azteca hace ya mucho tiempo, la figura, la leyenda y la importancia de Tláloc como dios de la lluvia sigue presente en la cultura mexicana actual y su legado artístico e iconográfico sigue siendo impresionante. 

Hoy día, es común ver referencias a este dios de la lluvia en festividades y tradiciones populares, y su imagen ha sido utilizada en diversos productos comerciales y de diseño. Por ejemplo, se pueden encontrar joyas, artesanías, camisetas y otros artículos que llevan la imagen de este dios de la lluvia. 

Este antiguo monolito fue descubierto a finales del siglo XIX en un pueblo llamado Coatlinchán a las afueras de la ciudad de México se estaba excavando en un arroyo seco, o dried stream, cuando los aldeanos desenterraron la monstruosa escultura. 

 El monumento fue enterrado al menos desde el siglo XVI, que es desde los años 1500s, pero se desconoce el motivo, pero cabe mencionar que estaba enterrado cerca de un cuerpo de agua. Una sucesión de arqueólogos procedió a estudiar el artefacto y determinó que era una representación inacabada, o unfinished del dios azteca de la lluvia y el agua, Tláloc.

 Tras el descubrimiento de la escultura, el monolito de Tláloc permaneció en Coatlinchán durante casi un siglo, hasta que fue trasladado a la Ciudad de México.  el 16 de abril de 1964, la enorme pieza de168 toneladas y 23 pies de alto, inició su recorrido de 47 millas y fue trasladada de su lugar de origen al entonces recién inaugurado Museo Nacional de Antropología localizado en el Parque de Chapultepec en la ciudad de México, donde aún se exhibe afuera del Museo hasta el día de hoy y uno lo puede admirar de cerca y tomarse fotografías.

Con la conquista de América, la revolución industrial y los avances tecnológicos se ha iniciado el camino de la globalización, la destrucción ambiental y el cambio climático.

El aumento de las temperaturas a nivel mundial eleva la humedad que la atmósfera puede contener, lo que da como resultado más tormentas y lluvias torrenciales y Es muy probable que las precipitaciones torrenciales aumenten en la mayoría de las zonas geográficas durante el siglo XXI, con más inundaciones provocadas por la lluvia.  

Unos pocos grados de aumento de la temperatura global pueden no parecer gran cosa, pero este cambio provoca el aumento del nivel del mar, la pérdida de hábitat, el derretimiento de los hielos polares, más tormentas, sequías e incendios forestales.

Cuando el monolito de Tlaloc fue trasladado de su lugar de origen, llegó a la ciudad de México durante la estación seca y caliente del mes de abril, durante la cual normalmente llueve muy poco en el valle de México. 

Pero a la llegada de Tláloc, la tormenta más fuerte jamás registrada durante esta época del año arrasó el valle. Una lluvia incesante cayó del cielo enfurecido durante días en lo que algunos afirmaron que sólo podía ser un evento sobrenatural.

Mover esta enorme estatua de piedra ¿provocó la furia del dios azteca?

¿Sera entonces que Tlaloc esta enfurecido por el calentamiento global, y por ello manda su ira y descontento como devastadoras tormentas invernales como las que azotan en el estado de California actualmente? 

 

Desde la profundidad de los cielos

los relámpagos destellan y los truenos rugen

que se sienten resonar hasta en el alma misma

 

Como un dios despiadado entre las nubes

el viento desata su estruendosa furia

una violenta tormenta que arrasa con todo

los ríos se desbordan devorándose todo a su paso.

 

Con su ira desenfrenada y su corona de piedra

Tlaloc, es el señor de las tormentas