Intermediate Spanish Stories

E09: Leyendas I: La Llorona

June 09, 2021 InterSpanish Season 1 Episode 9
Intermediate Spanish Stories
E09: Leyendas I: La Llorona
Show Notes Transcript

Mexico is a country known worldwide for its deep-rooted cultural traditions, and legends, which balance between reality and fiction.
The legends of the colonial era are stories that have an important cultural message since they are enriched by components of the folklore of the Spanish colonies in America.
 
Generations of Mexican children have grown up afraid of La Llorona—a wailing woman whose misdeeds in life have left her spirit trapped on Earth, where she torments men, women, and little children alike. She’s the stuff of legend—a myth and spooky bedtime story whose origins date back hundreds of years to the pre-Hispanic peoples.






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Las Leyendas de México I: La Llorona

 

El viento suspira entre los pastizales resecos.

La noche se tiende sobre los campos amarillentos, y

Por el cielo oscuro, viajan las nubes lentamente

ocultando por completo el cielo estrellado.

 

Desde la profundidad de la noche sale un espectro, como un fantasma que

Cruza por el campo cargado de soledad, avanzando con

un paso siniestro, acompañando a la tormenta que

se ha desatado. 

Aparece el relámpago y su claridad, ilumina

 Al espectro, revelando su silueta de mujer

Con un largo cabello negro suelto al viento

Que sigue avanzando, lamentando su pasado 

llorando un alarido escalofriante y doloroso.

 

 México es un país conocido mundialmente por ser un pueblo de tradiciones arraigadas, pintorescas y animadas y donde abundan historias maravillosas y memorables, las cuales se balancean entre la realidad y la ficción. 

 Muchas de estas leyendas tienen sus comienzos en la época colonial española de México, la cual es el periodo histórico que se inicia en el siglo XVI que empezó con la llegada de Hernán Cortés  y los conquistadores españoles en 1519 al territorio del entonces Imperio Mexica (también conocido como los Aztecas), y culmina con la Guerra de Independencia en 1810.

 Las leyendas de la época colonial son relatos que poseen un importante mensaje cultural, ya que suelen tener un elemento sobrenatural representado por una figura misteriosa, como espectros que moran entre los vivos para aterrorizarlos y someter al pueblo al catolicismo de la nueva España. 

Una de las más famosas leyendas coloniales es la de La Llorona. 

 La Llorona es de un espectro del folclore hispanoamericano que, según la tradición oral, es el alma en pena de una mujer que ahogó a sus hijos, y que luego, arrepentida y maldecida, los busca por las noches por ríos, pueblos y ciudades, asustando con su lamentable llanto a quienes la ven u oyen en la noche.

 Su leyenda es antigua y posee gran diversidad de versiones, todas las versiones cuentan con características similares entre sí, pero también con diferencias propias según las creencias ancestrales de los pueblos de América de donde se originaron. Estas diferencias regionales son lo que le da a la leyenda una rica diversidad cultural. A pesar de ello, su relato mágico y sobrenatural, emergido de múltiples orígenes, es constante y reconocible.

 Sus Orígenes

La presencia de seres fantasmales que lloran en los ríos por motivos diversos es una característica típica de los pueblos prehispánicos. Es así como pueden encontrarse rasgos de estos espectros en varias de las culturas precolombinas, que eventualmente, con la llegada de los conquistadores españoles, fueron tomando rasgos comunes debido a la expansión del dominio hispánico sobre el continente. 

La explicación del origen de la leyenda de la Llorona tiene varias versiones: uno puede pensar que es una historia real, es decir, los hechos ocurrieron realmente: una mujer mató a sus propios hijos y a partir de allí, la historia se fue contando una y otra vez por años y años hasta convertir a la mujer en fantasma y a la historia en leyenda. La leyenda de la Llorona es, ante todo, una historia creada para dar aviso y terror.

En México, uno de los lugares donde se conoce la leyenda, tiene su origen en algunos seres o deidades prehispánicas y siempre se la identifica con el inframundo, eso quiere decir “el más allá”, un lugar donde se van las almas de los muertos.

Hay leyendas que la identifican como a un espíritu malo del pecado y lujuria con la forma de una hermosa mujer. Atractiva a primera vista, se les aparece a los hombres, los enamora y los seduce para después transformarse en esqueleto y llevarse el espíritu de sus víctimas al inframundo. 

 La leyenda de la Llorona comenzó a documentarse desde 1550 durante la Época Colonial, los pobladores reportaban la aparición del fantasma errante de una mujer vestida de blanco que recorría las calles de la Ciudad de México lanzando tristes alaridos,​ pasando por la Plaza Mayor, la antigua sede del destruido templo de Huitzilopochtli, el mayor dios azteca, donde miraba hacia el oriente​ siguiendo hasta el lago de Texcoco donde se desvanecía entre las sombras.

La leyenda durante la Colonia

La leyenda de la Llorona toma forma durante la colonia española en América.

Debido a la naturaleza de las tradiciones orales y el folclor, es posible que la leyenda nativa de la Llorona pasara desde los indígenas a los españoles, los cuales le agregaron sus propios elementos de acuerdo a sus mitos, y que luego la leyenda, llegó a nuestros días con elementos españoles.

 Durante la época de la Nueva España, debido al temor a la herejía, no se le podía identificar a la Llorona directamente como diosa prehispánica, por lo que su descripción y las características de la leyenda fueron cambiando para adaptarse a los nuevos estándares de los colonos, aunque conservó su esencia indígena: la vestimenta blanca, el cabello largo y negro, y el grito desgarrador ¡Ay mis hijos! ¡Ay mis hijos! y su relación con el agua.​ Y no importa si sea diosa o fantasma, nadie, ni en la época colonial o actual, puede resistir ni su aparición ni su llanto de ultratumba.

 Tanto era el terror a causa del espanto que los conquistadores afincados en la Ciudad de México instituyeron un toque de queda a las once de la noche, esto quiere decir que todo mundo debía de abandonar las calles e irse a sus casas porque pasada esa hora comenzaban a escucharse los gemidos aterradores de la mujer espectral por las calles de la ciudad de México. 

 Su visión garantiza la muerte o la locura para aquellos que intentan averiguar el origen de aquel lastimero gemido. Para los colonos, la diosa prehispánica toma la forma de una mujer de flotante vestido blanco, con la cara cubierta por un vaporoso velo que cubre el aterrador rostro de la angustia, que cruza las calles empedradas y plazas de la ciudad lanzando un estremecedor grito de desesperanza y derrota.​ 

Para los colonos, la Llorona era el fantasma de la Malinche, una mujer náhuatl originaria del actual estado mexicano de Veracruz quien jugó un papel importante en la conquista de México Tenochtitlan, que volvía arrepentida para llorar su desgracia y su traición a su pueblo indígena. 

Generalmente, el relato está situado durante los primeros años de la colonia.

 La Llorona es la protagonista de una trágica historia de amor y traición entre una mujer indígena y su amante, un conquistador español o un señor de alta alcurnia. La presencia del agua está presente en casi todas las versiones, a veces asociada a sitios específicos relevantes de cada país.

En México, los hechos ocurren en el lago de Texcoco. En México, esta indígena, llamada Luisa, se enamora de don Nuño de Montes Claros y que luego de ser abandonada, ahoga a sus hijos, por locura y vergüenza al ser rechazada por su familia, su pueblo y la sociedad en general, por ser madre soltera, y por embarazarse de un hombre blanco.

Estos asesinatos fueron una manifestación del deseo de castigar al hombre que la engañó y usar a los niños como el instrumento de la venganza por ser esta no solo la prueba de la deshonra, pero también, de alguna forma, como una manera de castigarse a sí misma por su debilidad.

 La mujer es quemada o colgada y se convierte en la Llorona, la figura fantasmagórica de una mujer vestida de blanco que recorre los ríos, buscando y llorando a los hijos que perdió razón por la cual vaga por las calles de la ciudad de México, sollozando eternamente por el dolor de su tragedia.

 Los relatos folclóricos coinciden en que, más que su aspecto físico, el terror que produce la Llorona es producido por su espeluznante lamento. En algunos relatos, la Llorona vaga por las calles de pueblos rurales llorando por sus hijos. Cuando llega a un pueblo, entra por la calle principal, lanza su primer grito y comienza a llorar, buscando el camino que lleva al cementerio de la comunidad, o tras entrar en la iglesia local, desaparece. 

Las personas que la escuchan experimentan escalofríos en sus cuerpos. Si se le da la espalda, aparecerá de pronto al lado de la persona. El alma de quien la mire y la siga vagará durante toda la eternidad.​ En una versión, se dice que la Llorona es inofensiva porque su única preocupación es el de encontrar a sus hijos,​ pero en otra versión, encontrársela puede significar la muerte, ya que asesina a la persona confundiéndola con el hombre que la abandonó. ​

Su aspecto

La mayoría de los relatos de diferentes países la describen como una mujer de vestimenta blanca y el cabello largo y oscuro, que peina su cabellera mientras llora y que tiene el rostro pálido como una calavera, mientras que en otras tiene cara de caballo como la Siguanaba o Cigua, que, según la tradición popular, se les aparece a hombres trasnochadores, infieles y violentos​, en una forma de una atractiva mujer, pero con el rostro oculto.

Cuando los hombres se le acercan, la fantasmagórica mujer les muestra su faz, que resulta ser la de un caballo (o la de una calavera en algunas variantes), por lo que terminaban enloquecidos o muertos del susto.

 En Costa Rica y Panamá, por ejemplo, la leyenda de la Llorona tiene similaridades con la leyenda de la Tulevieja, que es un personaje legendario el cual es descrito como un fantasma femenino que se transforma en un monstruo que va errante por los diferentes caminos y despoblados. La Tulevieja es una vieja sucia y horrenda, vestida de harapos y con patas de ave. También se le compara con la Tepesa, otro personaje que tiene largos cabellos enmarañados y el rostro cubierto de agujeros. Ambas leyendas narran historias de mujeres que matan a sus hijos y son condenadas a vagar como horripilantes espectros monstruosos.​

En Colombia, la Llorona es el fantasma errante de una mujer que recorre los valles y montañas, cerca de los ríos y lagunas, vestida con una bata blanca que la cubre hasta los talones. Su rostro es una calavera aterradora, y en los huecos de sus ojos tiene luces incandescentes. Las mangas de la bata le llegan hasta sus muñecas y con sus manos grandes, huesudas y ensangrentadas, arrulla a un bebé muerto.​ Al gemir, la Llorona derrama lágrimas de sangre sobre el bebe, quien conserva una expresión angelical y con sus ojos parece acusar a la madre que le quitó la vida.

 El Simbolismo

La Llorona puede ser considerada un espíritu de malos presagios, y sus gritos y lamentos nocturnos, quien advierte eventos desafortunados.​ Puede causar enfermedades a las personas, empeorar la condición de quienes ya están enfermos o traer maldiciones sobre los seres queridos, provocando o anunciando la muerte. 

 Con su mensaje traído del inframundo, entra a los pueblos para avisar a los lugareños terribles desastres naturales como la crecida del río, la sequía, la desgracia cercana, etc. 

Desde el punto de vista literal, el mito de la Llorona es la condena unánime a la mujer desnaturalizada que, desobedeciendo los consejos de su madre, hace pagar a su hijo el engaño del que ha sido víctima por parte de su verdugo.​ 

 La Llorona es la mujer que, por renunciar a su función maternal, es condenada a un castigo terrible que debe sufrir para toda la eternidad, como estremecedor ejemplo para las mujeres y madres futuras. 

 La Llorona asusta a las muchachas que han cometido actos de los cuales sus padres no estarían orgullosos. En la historia de este personaje se ha querido ver el comportamiento que la sociedad masculina de la época colonial exigía de la mujer en general y de las indígenas en particular, que involucra un castigo por el incumplimiento del papel de la maternidad asignado por su condición de mujeres. 

 Desviarse de esa tarea sociocultural solamente podía significar la locura, la muerte y la pena. La Llorona es un espíritu errante y sufriente por haber cometido el pecado más grave de una madre: matar a su hijo.

Pero la Llorona no solo asusta a las mujeres, antes bien, en el caso de la población masculina, espanta a aquellos que deambulan por la noche, por decir a los vagabundos que andan en actividades indignas, como el alcoholismo y la infidelidad. 

La Llorona controla y reprime las actividades de los hombres consideradas moralmente reprobables.

 Al subirse a los caballos de los trasnochadores y matarlos de un helado abrazo mortal, al enloquecerlos y dejarlos inútiles para siempre, al trastocar su rostro angelical por el de una mortal calavera o la aterradora cabeza de una yegua de grandes dientes que marca la mejilla del infiel con un beso de muerte, cumple así la función de espíritu vengativo.

La leyenda tiene entonces una función moralizadora. No es esta, sin embargo, su única función. A veces, las madres castigan y asustan a sus hijos diciéndoles que, si las desobedecen, la Llorona vendrá a buscarlos y asustarlos por las noches, cumpliendo un papel de asustador de niños similar al de El Coco o Cucuy, que es una criatura ficticia de origen ibérico, caracterizado como un asustador de niños, con cuya presencia se amenaza a los niños que no quieren dormir. El Coco tiene, en efecto, un papel muy importante con las niñeras y las canciones de cuna, tanto para arrullar al niño como para amenazarlo.  La versión más conocida es: 

Duérmete niño,

duérmete ya,

que viene el coco

y te llevará.

 

Duérmete niño,

duérmete ya,

que viene el coco

y te comerá.

 

En el contexto colonial, la leyenda de la Llorona originalmente fue una historia de miedo que funcionó como una advertencia a los indígenas contra la desobediencia al poder establecido, asustando y subyugando a la población indígena durante la noche en sus pueblos.​ 

Durante la Colonia, surgieron toda clase de historias sobre muertos, fantasmas y aparecidos, cuyo fin último era de censurar el comportamiento desenfrenado y toda clase de conductas consideradas inmorales, y las relaciones ilegítimas.

La Llorona visibiliza un dolor antiguo, como mujer condenada a observar el desamparo histórico de sus hijos simbólicos, los pueblos indígenas, quienes fueron política y culturalmente desplazados por la Conquista. 

En la cultura moderna, puede ser tomada como figura emblemática de la resistencia indígena y de poblaciones marginadas de la sociedad.

Espero que hayas aprendido un poco de esta típica leyenda colonial tan famosa y perturbadora de toda América latina y ….. ¿Qué fue eso? ¿Escuchaste….? No te muevas, allá, ¡¡atrás de ti!!

 



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